El monje Kenko escribió en una de sus innumerables notas:
En una reunión en la que se comentan poemas waka, cuando alguien recita uno malo, no puedo evitar quedarme desconcertado. Parece imposible que una persona que entienda un mínimo de poesía lo alabe diciendo que es fantástico. Poco importa el tema o la materia. Estar al lado de una persona que diserta sobre una cuestión que no conoce bien es, a la vez que insoportable, causa de vergüenza ajena.

Resulta evidente que en los tiempos del monje, no existían los blogs (en especial los dedicados a la poesía). Si así hubiera sido, no tengo duda de que no hubiera quedado desconcertado. Ni siquiera se hubiera inmutado.

                Okanu             


Imagen: Hasui Kawase, 1929