La sonrisa, parte 1

No somos ilusos. Si vamos a profundizar un poco sobre la sonrisa, nos conviene tener presente, que no siempre se trata de una expresión sincera y cargada de bondades. Al igual que ocurre con la palabra, puede tener u ocultar intenciones indeseables. Pero, al igual que por esa doble cara de la palabra, no se nos ocurriría dejar de hablar, igualmente debemos sonreír y cuanto más mejor, si nuestro sonreír es fruto de la bondad y sinceridad.

Sabemos que la sonrisa es un fenómeno universal, pero su significado y expresión varían significativamente entre culturas, como lo hace el resto de la llamada comunicación no verbal. Creo que nos conviene saber esto para evitar malentendidos y mejorar nuestras relaciones interpersonales.

El significado de una sonrisa depende en gran medida del contexto cultural en el que se produce y su interpretación también varía según la relación entre las personas involucradas.

La sonrisa suele ir acompañada de otros indicadores en el lenguaje corporal que puede modificar su significado, pero curiosamente, un instinto muy primario logra que modifiquemos nuestro comportamiento cuando interactuamos entre extraños y la sonrisa suele, entonces, ser comedida e incluso meditada. Por instinto sonreímos con cuidado y precaución.

Los antropólogos suelen atribuir a los asiáticos, especialmente a los japonenses, el uso de la sonrisa como método para ocultar emociones negativas o mostrar respeto, incluso en situaciones incómodas. Evidentemente, este apunte no es generalizable, como no lo es tampoco la acentuada discreción a la hora de hablar de sí mismo en esas culturas. 

Entre los pueblos caucásicos, aunque son de por sí variados, las sonrisas pueden ser menos frecuentes y más reservadas que en otras culturas occidentales.

Posiblemente, el reino de la sonrisa está en África: En muchas culturas africanas, la sonrisa es una expresión común y se utiliza para mostrar amistad y hospitalidad. Seguramente esta atribución no sea muy precisa, pero se debe a la gran facilidad que muestran para expresarla. 
Y no, no me estoy olvidando de que las generalizaciones suelen conducir al error, pero lo comentado, se refiere a tendencias y no a datos absolutos.
¿Seríamos capaces de decir, cómo sonríen los europeos? —Yo, no me atrevo y creo que lo mismo le ocurre a un asiático cuando tiene que pensar como es la sonrisa de su entorno.
Personalmente, pienso que la apertura de las culturas y su globalización, están desdibujando esas diferencias entre entornos, y consecuentemente la interpretación de la sonrisa también se globaliza y facilita, lo cual me parece maravilloso.

Un tip (clave, consejo, recomendación):

A partir de hoy mismo, fíjate, cuando alguien te sonríe, si te mira a los ojos, si te mantiene la mirada o contrariamente, baja la mirada o/y inclina la cabeza. 
No te diré que significa; es algo que deberás descubrir en el fantástico juego de las relaciones humanas y también observando como lo haces tú.

Seguiremos hablando de la sonrisa.