Soñar no cuesta nada.
Y es el mismo precio, si sueñas dormido o despierto. Un sueño, incluso a sabiendas de que solo es eso, puede moverte el corazón y hacer que descubras bondades y sensibilidades que creías dormidas o ignoradas. Del mismo modo puede ser el resorte que dispare resoluciones
No sientas preocupación, si no has tenido la oportunidad de recordar un sueño. Son muchísimos más los que no se recuerdan, que los que sí. Y, sin embargo, su influencia es la misma. Dejan una huella similar a la de una vivencia real, y son como un dibujo marcado en la corteza de un árbol. Permanecen. Las vivencias y los sueños son dos árboles diferentes, pero están en el mismo bosque; el tuyo. Sus cortezas están repleta de signos, símbolos y letras. No desprecies la oportunidad de soñar también despierto. Esta sociedad en la que nos ha tocado ser educados, afirmaría que es una bobada, pero es una afirmación equivocada, un error grave.
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