Bien, gracias

Es la respuesta a una pregunta- saludo de cortesía. 
¿Cómo estás? —Bien, gracias. ¿Y tú? ...

De pronto te das cuenta. Es algo que no había pensado, a pesar de que un buen número de síntomas te están gritando de qué va la cosa. La vejez, a veces, se presenta como un despertar. Un día amaneces y al poner el pie en el suelo, sientes un extraño agarrotamiento en una pierna. Su cadera duele un poco; solo un poco. Más tarde descubrirás que caminar más allá de mil quinientos metros requiere de la ayuda de un bastón. Descubres una dificultad desconocida: Levantarse después de agacharse a recoger una moneda caída en el suelo. Te gustaba leer después de comer, descansando en tu butaca. Ahora te duermes. Y te duermes también en las telenoticias de la noche; antes las superabas e incluso acababas viendo alguna película.
Teclear es un constante ejercicio de rectificación porque tus dedos están entumecidos por la artrosis y cada día los notas más rígidos. Tampoco tu cerebro está funcionando como antes. Empiezas a ver (benditos correctores) que en algunas palabras desordenas las letras o inviertes sílabas.
Dormir se convierte en una pequeña batalla. La cama no resulta lo cómoda que siempre había sido. Pero no es culpa del colchón, ni de que no sea articulada. Las articulaciones que juegan un papel en esto son las nuestras, no las de una cama articulada. Duelen los hombros, duele la espalda, a veces las piernas. No es un dolor agudo, pero suficiente como para despertarte varias veces en la noche. La vejiga, también parece dispuesta a «joderte la marrana» 
Decía que era algo en lo que no había pensado. Estamos en invierno. Hay que tener cuidado extremo para no resfriarse. Y aun así, caes en la trampa. Pero ahora, después de unos años (siete, si no recuerdo mal, dejando aparte el maldito Covid que fue me resultó leve) sin ese sometimiento, los virus se han apoderado de las vías y lo que antes era una semana, ahora puede cronificarse hasta la llegada del buen tiempo. No hay fiebre, pero hay tos y cansancio generalizado y si solo tiene un pulmón (es el caso; hubo cáncer) ahora empiezas a entender lo jodido que debe ser tener insuficiencia respiratoria, porque un simple resfriado te lleva hasta el borde de la misma.
Pero dicen que la vejez, es una época hermosa, y yo no tengo ganas de discutir. Tampoco necesito saber que a ti, nada de esto te pasa. Guárdatelo y agradéceselo a la vida.

6 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Un selfi mío y un retrato tuyo, pues. Un abrazo Juan.

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  2. Hi ha una altra manera de contestar: Com estàs? Bé, si no entrem en detalls.
    Ja t'ho vaig dir l'altre dia, la gent no envelleix com vol, sinó com pot, com li deixa la vida, per això si tens la sort de tenir salut, no et queixis mai si aquesta et falta, agraeix el temps que has viscut bé, i pensa en els que han acabat el viatge abans d'hora.
    Salut.

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    1. Ho sé, ho sé... ja fa molt temps. La mida de la vellesa no la marquen els calendaris. No, no creguis que m'estic queixant. Aquests escrits són pura descripció i no una queixa. Hi penso sovint amb els bons amics estimats que ja no hi són. Dos d'aquells que vàrem formar aquell grup musical van finar molt aviat 48 i 57 anys. I el millor amic que la vida m'ha donat va morir amb 66. Els enyoro.

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  3. Qué descripción tan rica. La llamaría Descripción de la derrota. Solo nos va quedando permanecer rehenes de nuestras limitaciones. A la publicidad gilipollas e irrespetuosa que solo sabe decir frases bonitas para que compremos artículos propios de la edad, o vacaciones, o sonrisas, etc., les diría, les digo: váyanse a la mierda, cabrones, no nos timen más. En el mejor espíritu de Labordeta o Fernán Gómez.

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