De nuevo el cuerpo que me contiene, pide atención.
Tengo que frenar, sí o sí.


Aún no estoy diagnosticado, pero los niveles de dolor son bastante fuertes y el atontamiento debido a los calmantes, me inhabilita. Mi pierna derecha se niega a sostenerme. Y aunque, como digo, aún no sé exactamente cuál es el problema, entre otras consecuencias, no puedo estar sentado sin dolor, más allá de los 10 o 15 minutos. Dormir es una odisea. Veremos como evoluciona todo, pero quería explicarlo por si notáis una disminución de mi presencia en los blogs.