Vivir en la mente de tu mentor y en los espejos de su casa no es cómodo. Su mente, no es un lugar cómodo. Se asemeja a un purgatorio. A veces apagada y estrecha y otras abierta al infinito. En ocasiones, habitáculo sórdido con ese olor rancio de la depresión y otras, ruidoso y agitado perfumado con la extravagancia de la excitación. Un constante viaje por los railes de una montaña rusa.
Los espejos; son más parecidos a un extraño limbo. Vivir entre la imagen real del mentor delante de mi y esa otra detrás, misteriosa e invertida, donde la izquierda es derecha y la derecha, izquierda. No se vive bien en los espejos. Son como un mundo con una atmósfera hecha de indiscreción, un lugar donde él, se permite las gesticulaciones y las poses más ridículas y que nunca realizaría frente a otros.
Entre un lugar y el otro, no queda otro remedio que convivir con la experiencia del que existe no existiendo. No queda otro remedio que esperar y desear no ser lanzado al saco de los olvidos y esperar paciente, que el mentor se recupere. Sí, porque mi dolor es el suyo y ahora, lo es muy especialmente.
Okanu
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Okanu no t'imaginava tan solidari.
ResponderEliminarIba a hacer una broma y a animarte a que respondas a Okanu, que te está llamando bipolar (si lo fueras, estaría bien salvo por el dolor que pueda provocarte), pero la frase final me inspira darte un abrazo.
ResponderEliminarOkanu tiene mi permiso para llamarme lo que quiera. Es un "cipanji" virtual que respira con mi pulmon y medio y que se alimenta de mis neuronas. Asi que... jajaja... si quiere puede llamarme metapolar
EliminarPor cierto, siempre he pensado que todos somos bipolares, desde el momento en que la imagen que tenemos de nosotros mismos, rara vez coincide con la que tienen los demás.
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