Desaparecer ligero

Y una nueva determinación se añade en estos momentos del invierno de la vida. Observas los árboles y ves como muchos de ellos se desprenden de su follaje. Algunos dicen de este tiempo, que es un tiempo menguante. Todo parece empequeñecerse, todo parece disminuir. Incluso el tiempo de luz de las jornadas es ostensiblemente más corto.
Y en este tiempo también llegan las dolencias, algunas de ellas por el inevitable desgaste de los órganos y otras, por enfermedades que ya nos vienen acompañando desde un tiempo.
Todo ello lleva a la reflexión y con ella, a veces, con suerte, creo, llegan las determinaciones. Estas ya no son «estandarizables» y cada uno verá florecer las suyas a partir de su carácter, sus experiencias de vida y también sus situaciones personales. 

Mi determinación recién llegada y tan percusiva que la puedo llamar obsesión es la de desaparecer ligero.
Sí; lo sé.  Muchos lo entenderían mejor si dijera partir o marchar (ligero). Así en entendida la muerte por muchísima gente. Que sean muchos no significa que estén en lo cierto y de igual forma, aquellos que no compartimos esa idea, tampoco lo estamos. Esto, queridos amigos, por mucho pensamiento y literatura que provoque, incluso para los que afirman saber o creer, en realidad solo es un enorme vacío de desconocimiento.
El que escribe, no es diferente de los demás. Bien; quizás solo en un punto: En contra de la soberbia de algunos creyentes que no solo defienden lo que no saben, sino que intentan hacer proselitismo de sus ideas, un servidor solo expone humildemente su personal pensamiento (y subrayo personal).
Por eso no uso la expresión marchar o partir, puesto que esos verbos determinan caminar hacia un punto de llegada. No es mi creencia. Después de viajes por el cristianismo, el budismo y la Fe Bahá'í, mis conclusiones me han conducido a "aceptar" la posibilidad de la desaparición más total y absoluta. Y lo paradójico es que para mí (de nuevo subrayado) esa aceptación me provoca una tranquilidad al principio inesperada y que con el tiempo ya no es sorpresiva, sino sanadora y balsámica.

Desaparecer ligero supone desprendimientos y renuncias. No hablo solo de vaciar los armarios y ordenar tus pertenencias, sino de muchísimas cosas más que van apareciendo en el día a día, una vez establecido este propósito de aligeramiento. Los armarios interiores también deben ser vaciados: rencores, enemistades, perdones pendientes, reencuentros pospuestos y un largo etcétera que cada cual puede encontrar si se lo propone.

6 comentarios:

  1. Desaparecer ligero, no debe estar nada mal. Sabes que acabo de pasar por una desaparición de alguien muy cercano, y también me encuentro muy cercana a la posibilidad de que ocurra con mi madre....y sabes, ojalá fuera así como dices, desaparecer ligero, porque para mí ese concepto implica también hacerlo sin dolor o, al menos, de una manera no muy dolorosa y rápida, y no ha sido así con mi cuñada, es más ha sido espantosamente dolorosa y sin sentido tanto dolor y sufrimiento, y mi madre no anda muy lejos de empezar a estar de una manera que no debería pasar nadie.., .... yo al igual que tú, creo que despues de esto no hay nada, solo la nada y espero, deseo y quiero que ese paso me ocurra a mí y a los míos de la manera mas indolora posible. Sé que no va de esto tu entrada, pero me ha desatado esta idea, quizás sea por la cercanía a tanto dolor ajeno que acabo de vivir y lo que tú planteas me parezca algo verdaderamente envidiable, partir sin más, y de una manera ligera en todos los sentidos.
    Un abrazo, Ricard

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    1. Lamentablemente, sigue presente en nuestra sociedad esa idea judaico-cristiana, propia de las religiones del Libro, que afirma que "el dolor redime" lo cual me parece la aberración más bestia posible. El dolor, y el final digno, es algo que ni siquiera nuestros profesionales de la salud entienden.
      Gracias por estar Carmela. Seguimos!

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  2. Sólo espero que la nueva determinación haga más referencia al "ligero" que al "desaparecer", y que vayas soltando tus hojas poco a poco, o como tú prefieras, pero que la desaparición tarde en llegar.
    En el fondo, ligero es el final porque nada nos llevamos, sobre todo si simplemente desaparecemos. Pero entiendo que hay algo grato e incluso placentero, y sobre todo que debe proporcionar sosiego, ese ir soltando de manera consciente lo que aún cargamos en la mochila.

    Confieso que esta entrada me provocó un pellizco poco agradable al corazón (metafóricamente, antes de que me digas que sólo es un músculo)

    Bicoss

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    1. Claro, en realidad deberíamos tratar de ir ligeros y no solo "soltar" cuando ya vemos el invierno de nuestra vida. En cualquier caso se trata de estar en paz con uno mismo y también de pensar un poco (o un mucho) en aquellos que nos quieren y que tendrán que sufrir la perdida que les supondrá nuestra desaparición.

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  3. Siempre es adecuado ir ligero de equipaje, es más fácil desaparecer, pero.... , uno no desaparece cuando quiere, si no quiere alterar el orden de las cosas.

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