Un hombre que estaba aprendiendo a disparar con arco apuntaba a la diana sosteniendo dos flechas en la mano. Al verlo, su maestro le dijo: «Un principiante nunca debe sostener dos flechas en la mano, porque pondría su confianza en la segunda, y no aprovecharía bien la primera. Cuando dispares la saeta no pienses solo en dar en el centro, sino que debes dispararla como si esa saeta fuera la única de que dispusieses»
Ahora bien, ¿habrá alguien que, en presencia del maestro y con dos flechas en la mano, lance una de ellas con descuido? Un aprendiz podrá ser inconsciente de su falta de rigor, pero no así un maestro. |
Esta amonestación puede aplicarse a todo lo que hace el ser humano. Hay personas que se dedican al estudio, pero, al llegar la noche, piensan que les queda la mañana del día siguiente por delante, y, cuando llega la mañana, dicen que tienen la noche, y de tal modo van renovando sus propósitos, siempre para el futuro. Un hombre así, ¿podrá caer en la cuenta de un descuido momentáneo ocurrido en el interior de su corazón?
¡Qué difícil es hacer de inmediato aquello que precisamos completar! Kenko. Siglo XIV. |
Reacción de Okanu, al escuchar el texto:
—A este monje venido a menos, le convendría darse una vuelta por España y aprendería cosas como esa del «No dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy». Cosa por cierto que es el deporte más apreciado, después del futbol.—
Sin embargo, hay que fijarse en como Kenko relaciona el postergar un trabajo, con el hecho de tener dos flechas para disparar. Cuando solo se tiene una, no se piensa en el próximo disparo. Las flechas son tu tiempo. Pensar que tienes otro, el que vendrá, es algo que estropea el tiempo presente.
—A este monje venido a menos, le convendría darse una vuelta por España y aprendería cosas como esa del «No dejes para mañana, lo que puedas hacer hoy». Cosa por cierto que es el deporte más apreciado, después del futbol.—
Sin embargo, hay que fijarse en como Kenko relaciona el postergar un trabajo, con el hecho de tener dos flechas para disparar. Cuando solo se tiene una, no se piensa en el próximo disparo. Las flechas son tu tiempo. Pensar que tienes otro, el que vendrá, es algo que estropea el tiempo presente.
(Imagen: Reiji Hiramatsu)
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